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Cáncer de riñón: terapia dirigida

¿Qué es la terapia dirigida?

La terapia dirigida es un tratamiento en el que se usan medicamentos con los que se destruyen las células cancerosas o se retarda su crecimiento. No es lo mismo que la quimioterapia, que no funciona bien en el cáncer de riñón. La terapia dirigida actúa de diferentes maneras y causa distintos efectos secundarios.

En la terapia dirigida se usan medicamentos que se dirigen a determinadas partes de algunas células cancerosas. Alteran la capacidad de las células cancerosas para crecer y sobrevivir. Con este tratamiento se puede obstruir el crecimiento y la propagación de las células cancerosas al tiempo que se limita el daño a las células sanas.

¿En qué casos podría usarse la terapia dirigida para el cáncer de riñón?

Su proveedor de atención médica puede sugerirle este tratamiento si el cáncer se ha propagado más allá del riñón o reaparece después de otro tratamiento.

Hay diferentes tipos de medicamentos de terapia dirigida. Este tratamiento puede utilizarse junto con la inmunoterapia (también llamada terapia biológica). La inmunoterapia trabaja con el propio sistema inmunitario del cuerpo para encontrar y destruir las células cancerosas.

Se podría usar la terapia dirigida después de la cirugía si hay una posibilidad alta de que el cáncer regrese (recurrencia). Con esta terapia se puede disminuir este riesgo.

¿Cómo se administra la terapia dirigida para el cáncer de riñón?

Este tratamiento puede administrarse por vía oral o directamente en la sangre a través de una vía intravenosa.

Los expertos todavía están tratando de descubrir la mejor manera de utilizar medicamentos de terapia dirigida. Por lo general, se usan de a uno. Y si un medicamento deja de funcionar, se prueba con otro. Algunos pueden usarse en combinación con un tipo de medicamento de inmunoterapia.

Algunas células cancerosas del riñón están controladas por proteínas, llamadas tirosina quinasas, que las ayudan a crecer. Hay terapias dirigidas para obstruir estas proteínas y ralentizar o detener el crecimiento de las células cancerosas.

Las células cancerosas del riñón también elaboran una proteína que fomenta el crecimiento de vasos sanguíneos nuevos (llamado angiogénesis). Estos vasos sanguíneos se necesitan para llevar nutrientes a las células cancerosas para que crezcan y se dividan. Bloquear este proceso puede evitar que los tumores crezcan.

Tipos de medicamentos de terapia dirigida

Los dos tipos principales de medicamentos de terapia dirigida que se usan para el cáncer de riñón son los inhibidores de la tirosina quinasa y los anticuerpos monoclonales. Estos medicamentos se dirigen a los inhibidores de la angiogénesis y a los inhibidores de la quinasa mTOR. Estos son los que se usan con más frecuencia:

  • Sunitinib (vía oral)

  • Sorafenib (vía oral)

  • Pazopanib (vía oral)

  • Cabozantinib (vía oral)

  • Lenvatinib (vía oral)

  • Bevacizumab (infusión intravenosa)

  • Axitinib (vía oral)

  • Temsirolimus (infusión intravenosa)

  • Everolimus (vía oral)

  • Tivozanib (vía oral)

  • Belzutifan (vía oral): utilizado específicamente para personas con enfermedad de von Hippel-Lindau y cáncer de riñón

¿Cuáles son los posibles efectos secundarios de la terapia dirigida?

Algunos de estos medicamentos se toman por vía oral en casa. Pero como la mayoría de los tipos de tratamiento contra el cáncer, puede causar efectos secundarios. Algunos pueden ser graves. Los efectos secundarios dependen del tipo y la dosis de los medicamentos que esté tomando. Si recibe tratamiento con más de un medicamento, lo más probable es que tenga más efectos secundarios.

Los efectos secundarios tienden a mejorar con el tiempo una vez finalizado el tratamiento. Varían de persona a persona. Muchos de los efectos secundarios se pueden tratar para que no empeoren. Es importante que informe a su equipo de tratamiento sobre cualquier cambio que observe mientras recibe terapia dirigida.

Entre los posibles efectos secundarios se encuentran los siguientes:

  • Pérdida del apetito

  • Llagas en la boca

  • Cansancio y debilidad extremos

  • Dolores de cabeza, musculares, articulares u óseos

  • Náuseas y vómitos

  • Sarpullido o sequedad de la piel, picazón

  • Dolor, enrojecimiento, hinchazón y ampollas en la piel de las palmas de las manos y las plantas de los pies (eritrodisestesia palmoplantar)

  • Cambios en el color de la piel o del pelo

  • Estreñimiento

  • Diarrea

  • Acumulación de líquido que puede causar hinchazón

  • Tendencia al sangrado y a los moretones

  • Niveles bajos de las hormonas tiroideas

Estos son algunos de los efectos secundarios graves:

  • Presión arterial alta

  • Nivel alto de azúcar en la sangre

  • Ritmo cardíaco acelerado

  • Cambios en el ritmo cardíaco

  • Retraso en la curación de heridas

Otros efectos secundarios, menos comunes, pero graves son posibles, tales como los siguientes:

  • Insuficiencia cardíaca

  • Sangrado y perforaciones en los intestinos

  • Coágulos de sangre

  • Dificultad para respirar

  • Daño en los riñones

  • Daño hepático

  • Daño en los pulmones

En casos poco frecuentes, algunos de estos efectos secundarios pueden ser mortales. Debido al riesgo de efectos secundarios severos, estos tratamientos no son una buena opción para todas las personas. Se usan para tratar el cáncer de riñón sólo en personas que gozan de buena salud general y que pueden hacer frente a los problemas relacionados con el tratamiento.

Colabore con el proveedor de atención médica

Es importante saber qué medicamentos usa. Anote los nombres de sus medicamentos. Pregunte al equipo de atención médica cómo actúa cada uno y qué efectos secundarios podrían causar.

Hable con los proveedores de atención médica sobre los síntomas a los que debe estar atento y cuándo debe llamar. Por ejemplo, muchos de estos medicamentos pueden causar diarrea. Es posible que le digan que beba mucho líquido, que no coma alimentos con gran contenido de fibra y que llame si tiene 4 o más deposiciones blandas al día durante más de 2 días.

Asegúrese de saber a qué teléfono llamar si tiene preguntas o problemas. ¿Hay algún otro número al que llamar fuera de horario cuando la clínica está cerrada, o los fines de semana y días festivos?

Puede ser útil llevar un registro de sus efectos secundarios. Escriba cualquier cambio físico, de razonamiento y emocional que tenga. Tener una lista por escrito hará que le resulte más fácil recordar las preguntas cuando concurra a las citas. También les facilitará a usted y a su equipo de atención médica colaborar en el armado de un plan para controlar los efectos secundarios.

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