Hable con su proveedor de atención médica antes de comenzar cualquier programa de ejercicios.

Ejercicio de bajo impacto

Trate de hacer ejercicios que no pongan demasiado peso en su rodilla, como montar en una bicicleta estacionaria o nadar. Esto ayuda a fortalecer su rodilla y mantiene bajo el nivel de estrés en la articulación. Comience lentamente y vaya aumentando poco a poco el ritmo de ejercicio todos los días. Deje de hacer cualquier ejercicio que le produzca cada vez más dolor. También puede pedirle a su médico o fisioterapeuta que le dé información acerca de formas de lidiar con el dolor durante el ejercicio.

Ejercicios en la piscina

Hacer ejercicios en una piscina es una manera de ejercitar los músculos con moderación. Además, puede mejorar el equilibrio y la coordinación. Su fisioterapeuta puede colaborar con usted para crear juntos un programa de terapia de piscina. Usted también puede intentar caminar solo en la piscina. Párese en un lugar de la piscina donde el agua le llegue a la cintura o al pecho con los brazos extendidos hacia los lados. Camine lentamente hacia adelante. Para evitar excederse, pídale a su fisioterapeuta o cirujano que le indique durante cuánto tiempo debe hacer los ejercicios y le dé información sobre seguridad en la piscina.

Llame a su proveedor de atención médica

Comuníquese con su proveedor de atención médica si:

• Tiene alguna pregunta acerca de los ejercicios.

• Presenta cada vez más dolor o inflamación en la rodilla después del ejercicio.

• Necesita ayuda para aprender a utilizar su andadera o sus muletas.