Cuando su hijo necesita una resonancia magnética
Una resonancia magnética es una exploración que emplea imanes potentes y ondas de radio para formar imágenes detalladas del cuerpo. Su hijo permanecerá acostado en un explorador (escáner) de resonancia magnética mientras le toman las imágenes. El explorador es una máquina compuesta por un imán largo con un túnel en el centro. Una resonancia magnética se usa para detectar problemas de los tejidos blandos (tales como los vasos sanguíneos) o de partes del cuerpo que están ocultas detrás de un hueso (como es el caso del encéfalo). La mayoría de las resonancias magnéticas tardan entre 30 y 60 minutos. Según la resonancia magnética que le vayan a hacer a su hijo, el estudio puede tardar más. Llegue con tiempo de sobra para registrar a su hijo.
Antes de la exploración
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Siga todas las instrucciones que le den para preparar al niño antes de la exploración, como ciertas consideraciones para los medicamentos o no comer ni beber nada.
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Su hijo puede seguir su rutina normal, a menos que el proveedor de atención médica le indique lo contrario.
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Asegúrese de que su hijo se quite todo el maquillaje que pueda tener. Este puede contener algo de metal.
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Quite todos los objetos como relojes, joyas, audífonos, gafas, cinturones, ropa con cierres y otros tipos de objetos metálicos que pueda tener su hijo. Estos elementos pueden interferir con el campo magnético del explorador. Los aparatos de ortodoncia y los empastes dentales no presentan problema. Sin embargo, en algunos casos, las resonancias magnéticas no se deben hacer a niños que tengan implantes metálicos.
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Quite los implantes de oído (cocleares) antes de una resonancia magnética.
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Haga una lista de todos los dispositivos implantados y de todo elemento metálico que haya en el cuerpo de su hijo. Por ejemplo, fragmentos de proyectiles o de metralla. Hable de este tema con el proveedor de atención médica de su hijo y el técnico especialista en resonancias magnéticas. En caso de duda, se puede tomar una radiografía de la zona del cuerpo afectada para estar seguros.
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Siga todas las otras instrucciones que le dé el proveedor de atención médica de su hijo.
La resonancia magnética utiliza imanes fuertes. El metal se ve afectado por los imanes y esto puede distorsionar las imágenes. El imán que se usa para una resonancia puede mover los objetos metálicos que están dentro del cuerpo de su hijo. Si el niño tiene un implante de metal, es posible que no le puedan realizar la exploración.
Las personas con estos tipos de implantes no deben hacerse una resonancia magnética:
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Ciertas pinzas (clips) utilizadas para los aneurismas cerebrales
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Ciertos espirales metálicos que se colocan en los vasos sanguíneos
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Desfibriladores
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Implantes de oído (cocleares)
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Marcapasos
Además, debe avisarle al radiólogo o al técnico si a su hijo le aplica algo de lo siguiente:
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Se ha realizado antes una cirugía.
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Tiene un marcapasos, pinzas quirúrgicas, placas o pines metálicos, una articulación artificial, grapas o tornillos, implantes en el oído (cocleares) u otros implantes.
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Tiene algún parche adhesivo con medicamento.
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Tiene esquirlas metálicas en el cuerpo.
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Tiene implantados estimuladores de nervios o puertos para la infusión de medicamentos.
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Tiene tatuajes o perforaciones (piercings) en el cuerpo. Algunas tintas de tatuajes contienen metal y pueden calentarse durante la exploración.
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Tiene aparatos de ortodoncia. Su hijo podrá hacerse igualmente la resonancia magnética, pero el radiólogo tiene que saber que los tiene porque pueden afectar la calidad de la imagen.
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Tiene una bala u otro metal en el cuerpo.
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Tiene problemas de salud.
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Se siente nervioso o asustado en espacios cerrados (claustrofobia).
Lo que debe decirle al proveedor de atención médica
Avise al proveedor de atención médica y al técnico si a su hijo le aplica algo de lo siguiente:
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Alguna vez se hizo una exploración por imágenes, como resonancia magnética o tomografía computarizada con contraste.
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Tiene alergia al medio de contraste, al yodo, a los mariscos o a cualquier medicamento.
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Tiene un problema de salud grave. Por ejemplo, diabetes o enfermedad de riñón o si tuvo un trasplante de hígado. Es posible que en su hijo no se pueda usar el medio de contraste que se utiliza para la resonancia magnética.
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Está embarazada o podría estarlo o está amamantando.
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Tiene algún dispositivo implantado o pines de metal en el cuerpo.
Durante la exploración
Una resonancia magnética está a cargo de un técnico en radiología. Habrá un radiólogo disponible por si surgiese algún problema. Se trata de un médico capacitado para usar un explorador de resonancia magnética u otras técnicas de diagnóstico por imágenes para realizar exploraciones o tratamientos a pacientes.
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Podrá permanecer junto a su hijo en la sala de exploraciones hasta tanto comience la resonancia.
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Su hijo se acostará en una mesa angosta que se desliza dentro del explorador de resonancia magnética.
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Su hijo tendrá que permanecer inmóvil durante la exploración. El movimiento afecta la calidad de los resultados y puede incluso hacer necesario repetir la exploración. Pueden amarrar a su hijo o darle un medicamento para que se relaje o se duerma (sedante). El sedante puede administrarse en forma oral (deberá tomarlo por la boca) o a través de una vía intravenosa. Con frecuencia, un enfermero capacitado ayuda con este proceso. En casos poco frecuentes, puede usarse un medicamento que hará dormir a su hijo (anestesia). Le comentarán más sobre esto si fuese necesario.
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Es posible que se aplique un medio de contraste especial para obtener mejores imágenes. Si se necesita un medio de contraste, con frecuencia se administra por una vía intravenosa.
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Es posible que el técnico coloque una bobina sobre la parte del cuerpo en estudio. La bobina envía y recibe ondas de radio y también ayuda a mejorar las imágenes.
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El técnico permanecerá cerca y observará a su hijo a través de una ventana.
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Si está despierto, su hijo puede hablar con el técnico y escucharlo a través de un altavoz situado dentro del aparato.
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A su hijo le darán tapones auditivos para bloquear el ruido del explorador.
Después de la exploración
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Si le dieron un sedante, quizás lleven a su hijo a una sala de recuperación. El efecto del medicamento podría tardar de 1 a 2 horas en desaparecer.
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A menos que le indiquen lo contrario, su hijo podrá reanudar de inmediato sus actividades y su dieta normal.
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Cualquier medio de contraste que se le haya administrado a su hijo debe salir de su cuerpo en 24 horas. Es posible que el proveedor de atención médica le indique que durante este tiempo su hijo necesita tomar más agua o líquidos de lo normal.
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Un radiólogo analizará las imágenes de la resonancia magnética y quizás le comente los primeros resultados de la exploración. Le enviarán un informe al proveedor de su hijo, quien hará un seguimiento con usted para informarle sobre los resultados completos.
Cómo ayudar a su hijo a prepararse
Usted puede ayudar a su hijo preparándolo de antemano. La manera de hacerlo dependerá de las necesidades particulares del niño.
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Explíquele en qué consiste la exploración, en términos sencillos y resumidos. Los niños pequeños no mantienen la atención durante períodos largos; por lo tanto, esto debe hacerse poco antes de la exploración. A los niños mayores puede dárseles más tiempo para entender la exploración de antemano.
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Asegúrese de que su hijo sepa lo que ocurrirá durante el procedimiento. Por ejemplo, dígale que usted saldrá de la sala y que deberá quedarse solo. Pero tranquilícelo diciéndole que podrá hablar con usted en todo momento. Además, descríbale lo que sucederá: que lo introducirán dentro del explorador, que es un espacio pequeño. Aclárele que la máquina hará mucho ruido.
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Asegúrese de que el niño comprenda las partes del cuerpo que le explorarán.
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Describa lo mejor que pueda lo que el niño sentirá durante la exploración. Una resonancia magnética no causa ningún dolor. Si es necesario sedar a su hijo, puede que le inserten una vía intravenosa en el brazo. Eso puede sentirse como una picadura breve. Si su hijo permanecerá despierto, quizás le resulte incómodo quedarse inmóvil.
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Deje que el niño le haga preguntas.
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Recurra al juego teatral cuando le parezca útil. Esto puede incluir el juego de roles con un juguete u objeto favorito del niño. A los niños mayores también puede resultarles útil ver imágenes de lo que ocurre durante la exploración.
Riesgos y complicaciones posibles de la resonancia magnética
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Reacción alérgica al medio de contraste, como erupciones, picazón o silbidos al respirar (o, aunque es muy poco frecuente, una enfermedad llamada fibrosis sistémica nefrogénica).
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Problemas con implantes metálicos no detectados.
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Reacción al sedante o a la anestesia. Esto puede incluir dolores de cabeza, temblores y vómito.
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